Las cámaras con protección IP67 están diseñadas para operar de manera óptima en exteriores, ya que según la clasificación IP, están diseñadas para impedir la entrada de polvo al equipo (el primer dígito según el estándar lo indica) y puede operar con normalidad aunque le entre un poco de agua (el segundo dígito según el estándar).
Si la clasificación del equipo es IP68, esto quiere decir que puede operar en cualquier tipo de clima exterior, ya que no permite la entrada del polvo (el primer dígito lo indica) y permite la exposición durante mucho tiempo frente al agua (el segundo dígito lo indica según el estándar). Esto garantiza que el equipo funcionará de la manera correcta sin que sufra daños por polvo o agua y lo mantendrá informado de lo que sucede en el lugar donde se encuentre.